Phubbing: el síndrome del smartphone ya tiene nombre. ¿Quién no ha estado en una cena o reunión en la que, al menos la mitad de los presentes, están más pendientes del teléfono móvil que de lo que sucede a su alrededor? Que levante la mano quien sea capaz de decir que no ha vivido esa situación de forma repetida. ¿Cuántas manos? Claro, como era de esperar, no hay ninguna, porque eso el smartphone ya se ha convertido en una pieza clave de todo encuentro social, tan imprescindible que hay quien no es incapaz de despegarse de él, aun a costa de menospreciar, faltar al respeto o desairar a quienes están con él. Una situación que ya tiene nombre: phubbing.
En los últimos cinco años, el crecimiento de la presencia de los smartphones en nuestra vida diaria se ha multiplicado exponencialmente. Tanto da que estemos en clase, en la biblioteca, en una cena familiar o en un funeral, cualquier momento es bueno para sacar el teléfono móvil. Y es que, si tenemos un teléfono como el iPhone 5S, con el que podemos estar siempre conectados y al tanto de todo lo que sucede en las redes sociales, ¿por qué no utilizarlo? Y lo utilizamos, aun a costa de los que nos rodean.
Una práctica que atenta contra las relaciones humanas
En realidad, con este término de phubbing se está dando nombre no al estado de exceso de dependencia que puede mostrar un usuario de su teléfono móvil, alguna de esas personas que conocemos en las que su Samsung Galaxy S4 se ha convertido casi en otro apéndice más de su cuerpo. Con este palabra, en la que ese ‘ing’ final se denota acción o realización de una acción, nos estamos refiriendo a lo que esas personas hacen a las que les rodean.
El hecho de estar siempre pendiente del smartphone, más pendiente de actualizar nuestro estado en Facebook o enviar un mensaje a alguien que no está, estamos en realidad menospreciando a quienes tenemos a nuestro alrededor, enviándoles también a ellos un mensaje muy claro (para el que no necesitamos el teléfono móvil): lo que pasa en el smartphone, lejos de aquí, me interesa mucho más que tú y todo lo que tengo aquí delante.
El resultado de diversos estudios
Para la identificación de este síndrome o práctica denominada ‘phubbing’, los investigadores que lo han inventado se han apoyado en una serie de estudios realizados con personas involucradas en ese tipo de situaciones. Así, quienes estaban en una comida en la que sus compañeros estaban más pendientes del teléfono que de otra cosa, reflejaban que hasta la comida tenía peor sabor, relatando una experiencia mucho más desagradable que aquellos que, con la misma comida y los mismos compañeros, habían pasado un rato sin tener a nadie con el teléfono en la mano.
Una primera muestra, clara y directa, de cómo el uso excesivo del teléfono móvil sí que afecta a nuestras relaciones humanas. Porque si bien el smartphone nos permite terminar con las distancias y tener a mano a los que están lejos, también nos sirve para poner muros con aquellos que tenemos justo al lado.